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¿¿Dulce Navidad??

Y tras un año de espera, ya está aquí de nuevo la Navidad… esa «bonita» época del año en que a todo el mundo le surge de repente el «espíritu navideño» y se vuelve bueno, solidario y amigo… ¿¿¿en qué mundo vivimos??? ¡¡Nada de eso es así!!

Bajo mi punto de vista, la Navidad, al igual que las demás fiestas del año (o al menos la mayoría) son un mero negocio del mundo del comercio, negocio redondo, por cierto… o si no, parémonos a pensar por un momento: ¿quién se beneficia realmente de estas fechas?, ¿para quién/es supone la mejor época del año? La respuesta es obvia: para los grandes almacenes y demás espacios de gasto masivo.

Desde hace más de un mes nos vienen «metiendo por los ojos» miles de anuncios de todo tipo, que sólo incitan a gastarse grandes sumas de dinero por estas fechas. Aunque he de reconocer que la estrategia es inmejorable, pues con esa publicidad se aseguran el importe de los regalos por excelencia: los de los niños.

Me parece realmente triste que en la actualidad la inmensa mayoría de los niños hablen exclusivamente de regalos cuando surge el tema de la Navidad… creo que es una de las mejores muestras de que vivimos en una sociedad excesivamente consumista y derrochadora. Un claro ejemplo de que esto no ha venido por sí solo es el eslogan que ha publicado este año El Corte Inglés; ni más ni menos: «Un poco más de NAVIDAD en cada REGALO…» Curiosamente, la palabra que más se destaca en dicho anuncio es precisamente regalo, ¿casualidad?

Hace algunos días entré en el foro de MDII, en el que Sara (una de las colaboradoras) hablaba de algo con lo que estoy totalmente de acuerdo, y a lo que añado: en estas «entrañables» fechas, los niveles de hipocresía, falsedad, envidia y egoísmo ascienden a límites insospechados… Hay quien sólo disfruta si tiene más que los demás, si lo suyo es mejor que lo de el otro, etc. Por no hablar de la cantidad de gente que se pasa el año haciéndole la vida imposible (o poco menos) a otro/s y llegados estos días se muestra como si fuera su mejor amigo… en fin, no voy a seguir hablando del tema, me supera.

Quizás este post refleje que a mí no me gusta la Navidad… nada de eso: a mi me encanta la Navidad porque tengo más tiempo para mí y para los míos, porque estoy con algunos familiares a los que casi sólo veo en estos días, porque puedo descansar, porque no tengo que madrugar, porque de vez en cuando cae alguna propinilla… y por qué no, porque parece que en Navidad los problemas pueden dejarse (al menos en algunos momentos) un poco de lado para disfrutar de las celebraciones con familiares y amigos. Pero, por supuesto, lo que ODIO es el masivo consumismo de estas fechas y lo que la sociedad está haciendo de ellas… la verdad es que no sé a dónde irá a parar esto…

Pese a todo, os deseo a todos una FELIZ NAVIDAD y que el año que está a punto de comenzar os traiga a todos mucha suerte, tranquilidad y felicidad. FELIZ 2008 😉

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El pasado martes, 18 de diciembre de 2007, nos vino a visitar la nieve… y como no podía ser de otra manera, dedicamos la clase de Ciencias de la Naturaleza y su Didáctica I a hablar de algunos fenómenos atmosféricos y otros conceptos básicos relacionados con la meteorología: qué es la nieve, qué es la lluvia, por qué se producen ambas, qué son las nubes, de qué están compuestas…

A raíz de estos contenidos comenzamos a hablar de las ideas previas de los niños en relación a los mismos. Pues bien, por la tarde, cuando me encontraba con una de las niñas que cuido (una enanita de 6 años recién cumplidos) me acordé de esas cosas de las que habíamos hablado por la mañana, y me dió por preguntarla… <<Martita, ¿por qué nieva?>> a lo que Marta contestó, con toda la seguridad del mundo y la espontaneidad que la caracteriza: <<Raquel, por qué va a ser, ¡porque es Navidad!>> Os podéis imaginar mi carcajada… La dije que ese no era el motivo y la volví a preguntar, y sus contestaciones cada vez eran más chistosas…: porque se ha roto una nube; porque como Papá Noel viene con el trineo y los renos, si no hay nieve aquí no puede llegar; porque las nubes se deshacen y se caen… En fin, que imaginación no la falta a la pequeña 🙂

En la clase de Ciencias seguimos tratando el tema de las ideas previas de los niños, y a mí personalmente me parece algo muy interesante e importante para nuestro futuro profesional. Si conocemos los conocimientos que tienen a priori los niños sobre determinados temas, podremos trabajar con ellos y ajustar nuestras explicaciones, al menos las iniciales, a su nivel de comprensión y desarrollo cognitivo. Es fundamental saber de dónde partir, qué saben y qué no, hasta dónde llega su capacidad de entendimiento, etc.

El caso de Martita es una clara muestra de que podemos aprender mucho con y de los niños. Creo que no lo deberíamos desaprovechar, pues los peques tienen mucho que enseñarnos…

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Y aquí tenemos a Martita, la autora de tan ingeniosas respuestas…

 

Tras ver unos cuantos posts en los que se trata el tema, me he parado a reflexionar sobre la relación existente entre dos ciencias sin duda importantes: las Matemáticas y la Música.

Me ha resultado muy curioso encontrar tanta información al respecto. Y como muetra un botón, aquí dejo un vídeo muy dinámico, en el que nuestro amigo Donald descubre el fascinante mundo de la música y su relación con las matemáticas. Es una pena que el doblaje no esté hecho en español… Me ha parecido una buena forma de explicarles a los niños, sobre todo a los más peques, que prácticamente todo lo que nos rodea guarda, en mayor o menor medida, relación con la música.

Trasteando por internet he encontrado un vídeo que muestra algunas frases célebres de importantes personalidades (filósofos, educadores, psicopedagogos…) sobre qué es la educación, cómo enseñar, etc. Me ha resultado muy interesante, y me gustaría que le echáseis un vistazo y comentáseis algo al respecto. No tiene desperdicio… (Yo me quedo con las frases de H. B. Adams y Pitágoras)

NUEVA METODOLOGÍA

Estamos en pleno siglo XXI… y en la mayoría de las escuelas y centros de       formación se sigue empleando el método tradicional de enseñanza: el profesor llega con su maletín de piel, saca sus apuntes, habla, habla y habla… y mientras los alumnos intentan coger las máximas notas posibles para tener por donde estudiar.

Esta metodología clásica ya hace algunos años que se viene quedando obsoleta, que es insuficiente en la mayoría de los casos, pero pese a ello, es la que se continúa dando en la teclado.jpginmensa mayoría de loa casos. A esa insuficiencia «aislada» se le suma el empujón de las TICs, que cada día nos vienen piasando más los talones, las cuales demuestran aún más ese <<atraso metodológico>>.

En mi opinión debería darse YA un cambio radical (o poco menos) en la manera de enseñar a los alumnos. Deberíamos cambiar el esquema del modelo tradicional de enseñanza fundamentalmente centrándonos en dos aspectos primordiales:

a) convertir el proceso centrado en la enseñanza en un proceso centrado en el aprendizaje;

b) desarrollar de una manera estructurada y programada habilidades, actitudes y valores, lo que se refleja en el nuevo rol del profesor.

Estos cambios no suceden de manera secuencial, sino paralela (es decir, no se dan por separado, primero uno y después el otro; sino que suceden simultáneamente), ya que el logro del uno es requerido para el logro del otro. En suma, este nuevo modelo educativo conduce al estudiante al desarrollo de la autonomía, del pensamiento crítico, de actitudes colabrativas y sociales, de destrezas profesionales y de la capacidad de autoevaluación.

Explicaré un poco más a continuación lo introducido anteriormente, esos dos aspectos a desarrollar:

PROCESO CENTRADO EN EL APRENDIZAJE:

El primer elemento a cambiar en este nuevo proceso se caracteriza por la asunción de un papel fundamentalmente nuevo de parte del alumno, ya que:

– Propicia que el alumno se convierta en responsable de su propio aprendizaje, que desarrolle las habilidades de buscar, seleccionar, analizar y evaluar la información, asuminedo un papel más activo en la construcción de su propio conocimiento.

– Conduce a que el alumno asuma un papel participativo y colaborativo en el proceso a través de actividades que le permitan exponer e intercambiar ideas, aportaciones, opiniones y experiencias con sus compañeros, convirtiendo así la vida del aula en un foro abierto a la reflexión y al contraste crítico de pareceres y opiniones.

– Sitúa al alumno en contacto con su entorno para intervenir social y profesionalmente en él a través de actividades  como trabajar en proyectos, estudiar casos y proponer solución a problemas.

– Compromete al alumno con su proceso de reflexión sobre lo que hace, cómo lo hace y qué resultados logra, proponinedo también acciones concretas para su mejora.

ROL DEL PROFESOR:

En este modelo educativo el papel del profesor se diversifica, haciendo sumamente importante dos funciones específicas que se llevan a cabo en dos momentos diferentes:

– Planear y diseñar las experiencias y actividades necesarias para la adquisición de los aprendizajes previstos, así como definir los espacios y recursos adecuados para su logro. Esta actividad del profesor es previa al desarrollo del curso.

– Facilitar, guiar, motivar y ayudar a los alumnos durante su proceso de aprendizaje, y conducir permanentemente el curso hacia los objetivos propuestos.

En ambas funciones el profesor deberá escuchar e involucrar al alumno en lo posible, para hacer de éste co-responsable de su propio modelo educativo. Al desempeñar estas funciones, el profesor cambia su papel de transmisor y único evaluador, que decide el qué y el cómo del proceso, a un papel de planeador y diseñador, facilitador y guía, que comparte con los alumnos las decisiones del proceso. Es éste un papel imprescindible, de suma importancia, más demandante que el papel tradicional, ya que exige del profesor habilidades adicionales y diferentes  a las requeridas en el proceso educativo profesional.

Son muchos los beneficios de este nuevo sistema o modelo educativo. He seleccionado algunos de ellos, destacando:

– Se fortalece el aprendizaje auto-dirigido.

– El alumno toma un papel más activo en su propio aprendizaje.

– La intervención del maestro está en función de las necesidades de los alumnos (de las dudas que les surjan, inquietudes…)

– El aprendizaje colaborativo adquiere mayor importancia.

– El aprendizaje colaborativo, además, empieza a tener muchas variantes; a distancia o presencial, sincrónico o asincrónico, sobre el propio conocimiento o sobre sus aplicaciones, etc.

– Se usa la tecnología de una manera muy efectiva para hace más eficientes los procesos de aprendizaje.

– El maestro puede reaccionar a las necesidades individuales del alumno.

– Autoevaluación del aprendizaje de conocimientos.

– Contrato grupal de obligaciones.

– Definición (y por tanto conocimiento por parte de todos) de los critrerios de evaluación.

– Autoevaluación interna del grupo. chicas-estudiando.jpg

– Autoevaluación del alumno.

Yo creo firmemente en este cambio, confío en él, deseo que así se dé en un futuro no muy lejano. Y ello se debe a que cuando pienso en cómo daré las clases a mis alumnos, o más bien cómo me gustaría dárselas, me doy cuenta de que no quiero seguir en la línea tradicional. Quiero aportar algo nuevo a mis alumnos; transmitirles las ganas de trabajar, investigar, curiosear por su cuenta… meter en su interior el gusanillo de la curiosidad; hacerles a la vez personas críticas, que sepan y quieran expresar sus opiniones y las diferencias de éstas con las de otro compañero, argumentándolas y aportando fundamentos de peso que apoyen sus teorías. Y eso, desde luego, no creo que lo pueda hacer si yo misma continúo en la línea tradicional. Queda mucho trabajo por hacer, pero con ganas e ilusión, todo es posible…

 

Miedo al cambio

Parece ser que aun sabiendo «la que se avecina» con las nuevas tecnologías desde hace algún tiempo, hecho que afecta y afectará a todos los aspectos de nuestra vida, hay quien se resiste a darles una oportunidad, quien no se para a pensar que ese es, y sobre todo será, el pan nuestro de cada día, quien prefiere dar la espalda a la realidad y a la necesidad de aprender a manejar ciertas herramientas que le pueden sacar de más de un apuro… y es que hay quien todavía sigue viviendo en el siglo pasado. Muchas son las personas que afirman: <<Bah, yo no voy a necesitar eso…>>, o: <<¿Para qué voy a aprender cómo funciona eso, si nunca lo voy a utilizar?>>, y una gran cantidad de preguntas similares que no reflejan sino desconocimiento e ignorancia por parte de quien las plantea. A mí personalmente me parece mentira que a día de hoy, y viendo cómo las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación se adentran en cada ámbito de nuestra vida, de nuestra sociedad, siga habiendo gente con esa mentalidad; ello demuestra una despreocupación total por su parte, un desinterés, puede que una desmotivación…

Por otra parte reconozco que, evidentemente, también habrá gente que no necesite aprender a manejar ciertas herramientas o aparatos tecnólógicos, pues realmente para realizar su trabajo o llevar a cabo su función en la sociedad, no les resulta ni mucho menos imprescindible. Aun así, NUNCA ESTÁ DE MÁS APRENDER

En mi humilde opinión, hay demasiado miedo a lo nuevo, a lo desconocido, a no saber utilizar alguna cosa, a no saber cómo afrontar un cambio… y parece ser que ese miedo no viene solo, sino que se acompaña de toda una serie de factores psicológicos.

He de reconocer que yo misma sentí un poco de ese miedo este mismo año, cuando nos presentaron la asignatura de Matemáticas y su Didáctica II, al pensar que nunca llegaría a saber hacer ciertas cosas esenciales que se piden para la misma, a saber utilizar correctamente algunas herramientas imprescindibles para llevar a cabo la metodología por la que opté sin dudarlo, etc. Y es que todo cambio, al menos para mí, implica en un primer momento un miedo, una desconfianza, una incertidumbre… supongo que de algo parecido salió el refrán de <<Más vale malo conocido que bueno por conocer>>.

Soy de la opinión de que hay que saber afrontar ese miedo, y querer afrontarlo, claro. Nada ganamos con decir «esto no me sale», «yo no sé hacerlo», o cosas similares; lo realmente importante es plantarse ante lo que viene, no huir de ese miedo producido por el cambio (o de cualquier otro miedo); afrontar que si las cosas van a ser de una manera y no estamos preparados para éstas, hay que hacer lo posible por estarlo; aprender a dominar cuanto nos rodea, y no dejar que sea precisamente el entorno el que nos controle o condicione a nosotros; en definitiva, aprender a aprender. Pero para todo esto,  hace falta hace falta algo más que decirlo; es necesario planteárselo en serio, y como ya he dicho, querer afrontarlo. Pero si no ponemos de nuestra parte llegará un momento en que todo eso nuevo, esos cambios, nos «arrastrarán» a su antojo, lo cual sería bastante triste… y por supuesto, pienso que deberíamos animar a algunas personas para que emprendan la marcha hacia el aprendizaje y manejo de aquellos aparatos, programas, aplicaciones, etc. que les pueden ser tan útiles como a nosotros mismos. Mi consejo: mucho ánimo y ¡a por ello!

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Rebuscando en internet he encontrado una web denominada Contexto Educativo , una página de lo más interesante que trata algunos temas curiosos sobre Educación. De ésta me ha llamado la atención un apartado que habla de algunos «mitos» conocidos por la inmensa mayoría de los docentes y, por qué no,  otros individuos ajenos al mundo de la enseñanza-aprendizaje, sobre el tan utilizado término aprendizaje significativo. Aquí os reflejo dicha sección:

  • Mitos     
  •  Probablemente, no existe maestro que no haya escuchado alguna vez esta extraña expresión. Sin embargo, habrá que reconocer con humildad que son pocos quienes tienen claro a qué se refiere. Diversas opiniones a fuerza de repetición se convierten en mitos, que lejos de explicar la expresión, constituyen distractores sobre la esencia del trabajo docente.

    • Primer mito: El aprendizaje significativo se da cuando el alumno «se divierte» aprendiendo.

    No necesariamente. Hemos visto muchos intentos de integrar experiencias lúdicas en varios niveles educativos, y sin embargo, los alumno no aprenden más que aquellos que reciben clases tradicionales. Los alumnos se divierten, claro está, pero nuestro trabajo no es el entretenimiento.

    • Segundo mito: El aprendizaje significativo se da cuando los contenidos se ofrecen «adaptados» a los intereses del alumno.

    No necesariamente. ¿Quién puede asegurar lo que realmente les interesa a sus alumnos? ¿Acaso debemos renunciar a un contenido porque éste no resulte atractivo a nuestros alumnos? El maestro debe buscar interesar al alumno en el contenido, pero esto no basta. La mayoría de nuestros alumnos están interesados en aprender computación e inglés, y sin embargo sabemos que esto no es suficiente.

    • Tercer mito: El aprendizaje significativo se da cuando el alumno «quiere aprender».

    Tampoco es exacto. Pensemos en las caras de nuestros alumnos el primer día de clase. ¿Acaso podemos negar que la mayoría, aún aquellos que han fracasado anteriormente, llegan con ilusión de empezar bien el curso y aprender. Sin embargo, el tiempo nos confirma nuevamente que esto no basta.

    • Cuarto mito: El aprendizaje significativo se da cuando el alumno «descubre por sí mismo» aquello que ha de aprender.

    Falso. Como descubriremos más adelante, no todo lo que el alumno aprende lo hace por descubrimiento, ni todo lo que el alumno «descubre» es aprendido. El aprendizaje por recepción, si se cumplen ciertas condiciones puede ser igualmente eficaz o más que el aprendizaje por descubrimiento.

    • Quinto mito: El aprendizaje significativo se da cuando el alumno «puede aplicar» lo aprendido.

    La implicación es poco exacta. Más bien se debería afirmar que si el aprendizaje es significativo, es posible transferirlo. De otra manera, no afirmamos nada sobre el proceso de aprendizaje y por lo tanto no podemos orientar nuestra práctica.

          Entonces, ¿qué es realmente el Aprendizaje Significativo y cómo propiciarlo? Buscaremos la respuesta en los orígenes de esta teoría. Advertimos que no pretendemos hacer un análisis exhaustivo de la misma, ni siquiera una síntesis. Simplemente pretendemos revisar aquellos elementos que sustentan nuestra reflexión sobre la práctica docente.

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      Os aconsejo que echéis un vistazo a esta web, os va  a gustar.

    Es asombroso ver como algunos padres se extrañan a veces del mal comportamiento de sus hijos, de faltas de respeto de éstos a sus iguales o incluso a sus profesores u otros padres… y es que, la dura realidad es que hay demasiados «malos hábitos» que mostrar a los hijos. Parémonos a pensar un momento: ¿cuántos padres muestran a sus hijos cómo ayudar a un compañero que está en apuros?, ¿cuántos les enseñan a saludar adecuadamente y contestar con educación a cada persona?, ¿cuántos les explican que <<esto se hace así>> y no de otra manera?, y un sinfín de preguntas más, que, evidentemente, tienen una clara respuesta… no demasiados. La sociedad en la que vivimos, el ritmo de vida que llevamos, los horarios laborales, la despreocupación quizá… todos ellos son factores que día a día vienen machacando a los individuos, a unos más que a otros, imponiéndoles actuar de una manera no muy adecuada para sus hijos en muchos casos. ¿Qué puede aprender un niño de unos cuatro o cinco años de ver a su padre fumar, o de ver a su madre tirar un papel al suelo, o de ver a su hermano mayor como contesta con desprecio a sus profesores? La realidad es que en la calle, en las salidas de los colegios, en los parques, etc., se ve demasiado de esto.

    Creo que nosotros, futuros docentes, más que nadie, deberíamos plantearnos las cosas seriamente: cada niño, cada alumno, cada uno de nuestros futuros hijos son tan moldeables como nosotros lo hemos sido, y puede que sigamos siendo. Por ello me parece fundamental el inculcarles desde el primer momento unos principios y valores correctos en todos los ámbitos (educación personal, hábitos de estudio, de higiene personal, de conductas correctas e incorrectas…). Son muchas las cosas por enseñar a un niño, y nuestra capacidad de influencia sobre éste puede ser clave para su desarrollo como persona. Al fin y al cabo, somos modelo para los que «vienen detrás», así que creo que deberíamos hacer las cosas bien…

    Mucho se ha hablado de este fenómeno… especialmente en los inicios de cada curso académico, pero… ¿qué hay de cierto en todo ello? o al menos, ¿realmente es así o estamos exagerando en algún momento? Sinceramente, yo opto por la segunda opción.

    No pasa ni un solo año en que no oigamos en televisión, en reportajes de los telediarios acompañantes de la comida, la típica y eterna pregunta: <<¿cuál es la asignatura que menos te gusta?>> y «casualmente» la respuesta siempre (o al menos en la inmensa mayoría de los casos) es la misma… MATEMÁTICAS. ¿Nadie se ha parado a pensar en el por qué de este hecho? Resulta completamente absurdo el pensar que todos, absolutamente todos los alumnos que son encuestados sobre ello respoenden de la misma manera. Yo creo que es más una cuestión de «engaño televisivo» por hacer más grande ese mito de que el mundo entero odia las Matemáticas que otra cosa… o si no, pensemos un poco: ¿todos los estudiantes detestan esa asignatura por encima de todas las demás? ¿no creéis que habrá quien opte por otras materias? pero… ¡qué casualidad! en la televisión sólo vemos a aquellos a los que no les gustan las mates.

    Por otra parte, no es de extrañar esta tendencia tras tantos años de tradición exclusora de la materia…

    En mi opinión, el hecho de que en los medios de comunicación se fomente tal tradición, no sirve sino para acrecentar el miedo/odio de los niños, y no tan niños, hacia la asignatura repudiada por excelencia; para crear una negativa hacia ella sin apenas conocer nada de la asignatura propiamente dicha; para fomentar y seguir implantando una moda que a ningún sitio lleva, excepto a la desmotivación, el desinterés o la despreocupación hacia la misma…

    ¿No creéis que deberíamos darle una oportunidad? ¿acaso no merece al menos nuestro respeto por ser una de las ciencias que más utilizamos en nuestra vida diaria y que más nos ayuda a resolver los problems más básicos? Pensadlo bien… sin Matemáticas, estamos perdidos.